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Todos tenemos una mochila emocional que nos hace vivir y entender nuestro entorno de una manera distinta, por lo que la forma en la que se vive la Navidad se convierte en una experiencia muy personal para cada uno de nosotros, no hay dos navidades iguales. Con unas sencillas pautas podemos hacer que nuestras navidades sean más saludables, tanto para el cuerpo como para el alma, y poder así disfrutar plenamente de ellas.

 

La percepción de las fiestas navideñas es claramente distinta dependiendo de nuestras circunstancias personales y de nuestra forma de ser, pero factores como la cultura del exceso, el consumo exacerbado, las aglomeraciones, las reuniones familiares o los encuentros con amigos, suelen dar lugar a una sobreestimulación que altera la armonía y la paz interior. Si a esto le sumamos la tristeza que puede sobrevenir por los recuerdos de aquellos que no están, por la soledad, por no poder compartir estas fechas con alguno de nuestros seres queridos o por la obligatoriedad de cumplir determinados compromisos sociales, las navidades pueden convertirse en una época complicada de gestionar.

 

Vamos a intentar hacerlo más fácil, no hay una obligatoriedad de ser felices como nos vende la publicidad ¡faltaría más!, pero sí que podemos hacer que ese sentimiento nazca de nosotros de manera natural gracias a pequeños gestos que nos aporten bienestar y energía positiva, haciendo que las navidades sean más saludables tanto emocional como físicamente.

 

Armoniza cuerpo y mente

 

La Navidad puedes ser una época maravillosa a todos los niveles pero para poder vivirla en paz y armonía es necesario mantener nuestro bienestar físico y mental.

 

La meditación o las respiraciones conscientes te ayudarán a estar en el momento presente. Aunque puedas dedicar un espacio a los recuerdos para sanar el alma y homenajear a los que ya no están, vuelve después al presente para disfrutar de todo lo que la Navidad te puede aportar. Tómate un momento al día para agradecer todas las cosas buenas que tienes en tu vida, ese gesto de agradecimiento te va hacer sentir mejor y te va a dar el impulso necesario para vivir la Navidad desde otro prisma, desde tu propia escucha y la de los demás.

 

Para mantener tu centro trabajando el equilibrio emocional y físico, el yoga es una disciplina maravillosa que además mejora la elasticidad y aumenta la agilidad. También visitar a tu quiropráctico en estos días va a ayudar a tu cuerpo a funcionar a pleno rendimiento al eliminar las interferencias que pueden darse en el sistema nervioso. Un cuerpo sin bloqueos supone además una mente más sana y clara.

 

Correr, nadar, bailar, caminar a paso ligero, montar en bici… haz lo que más te guste pero ¡muévete! Realizar ejercicio físico libera endorfinas, las hormonas de la felicidad, así que no solo tonifica y energiza el cuerpo, también aporta bienestar a nivel emocional, por lo que es ideal para quemar los trozos de turrón y roscón pero también para sentirte mucho mejor en estos días.

 

Encuentra el equilibrio

 

Si cuando llegan las fiestas navideñas cambiamos nuestros horarios y hábitos esto va a repercutir  en nuestro estado de ánimo. La idea que os queremos transmitir es que, aunque sea una época especial del año, seguir con una rutina saludable los días que no sean fechas señaladas en el calendario, va a hacer que nuestra energía y la sincronización de los ritmos circadianos no se alteren. Continúa en la medida de lo posible con tus horarios de comida, tus horas de levantarte y acostarte y los hábitos saludables que mantienes durante todo el año como hacer ejercicio o llevar una alimentación equilibrada y sana. Cuanto menos alteres tu rutina, mejor vivirás estas fiestas. Pero por supuesto ¡disfruta y concédete caprichos!

 

Una cosa es excederse durante 4 o 5 días en las fiestas navideñas y otro es saltarse las rutinas habituales de sueño, comidas y ejercicio durante todo un mes porque ahí es cuando te va a costar volver a retomar tus buenos hábitos. Puedes disfrutar de comidas especiales y alterar tus horarios un día pero siempre volviendo a tu rutina saludable para compensar.

 

Cuida tus emociones

 

Expresa cómo te sientes, date tu lugar y aprende a poner límites. Cuando te sientes bien contigo mismo puedes disfrutar más con los demás (y los demás contigo) y aportar una mirada más amorosa y comprensiva a tu alrededor. Tal vez ayudar a los demás también sea una maravillosa forma de ayudarte a hacerte sentir mejor mientras realizas una buena acción.

 

Evita las discusiones familiares, piensa: ¿te van a aportar algo bueno? Un cálculo rápido de tu coste emocional antes de comenzar un enfrentamiento por opiniones con las que no comulgas te va a hacer ver rápidamente que es mejor desistir ya que probablemente no te aporte ningún beneficio sino todo lo contrario.

 

No hay por qué seguir un patrón establecido en estas fiestas, puedes adaptar una nueva forma de vivir la Navidad ¿Salir de vacaciones en estas fechas? ¿Cenar en un restaurante y no cocinar en casa? Puedes elegir la fórmula que mejor se adapte a ti y a tus circunstancias. No dejes que una tradición que no te hace feliz te amargue las fiestas, dale un giro a las cosas y crea nuevas formas de vivir la Navidad. Disfruta de la compañía de esas personas que te hacen sentir bien y de todo aquello que te aporte bienestar, ese es el verdadero milagro de la Navidad.

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