Nuestro equipo

Siempre me ha fascinado el potencial del cuerpo humano. Al crecer con un estilo de vida muy activo haciendo muchos deportes diferentes, siempre supe que quería trabajar con personas en algún lugar del sector de la salud. Durante mucho tiempo pensé que la única forma de hacerlo era convertirme en médico. Eso fue hasta que tuve la suerte de aprender sobre la quiropráctica y el potencial que tiene para realmente ayudar y servir a la comunidad con un propósito superior.

Después de recibir mi primer ajuste, me quedó muy claro que esto era lo que quería hacer y tenía que encontrar mi camino para convertirme en quiropráctico. Poco sabía que me encontraría en un país extranjero estudiando lo que rápidamente se convertiría en una gran pasión y propósito mío en dos idiomas diferentes: en el Barcelona College of Chiropractic.

Siempre estaré agradecido con aquellos que me han mostrado y guiado en este camino y, lo que es más importante, con mis padres que hicieron posible que estudiara lo que llegaría a amar y abrir tantas perspectivas.

La quiropráctica me ha abierto los ojos de muchas maneras, me produce mucha alegría poder compartir lo que he aprendido y seguiré aprendiendo en este increíble viaje con quienes me rodean.

Siempre me ha gustado cuidarme, pero a pesar de eso, después de mi embarazo, mi estado no era nada bueno. Sufrí nueve meses de dolores lumbares, ciática, cervicales, en articulaciones de rodillas y pies… Tras dar a luz empecé a hacer ejercicio y cuidar la dieta, pero cada vez iba a peor:  aparecieron lesiones y contracturas que no desaparecían con masajes ni otras técnicas que iba probando.

Afortunadamente, unos amigos me recomendaron la quiropráctica para mejorar mi salud, y desde que empecé no he hecho más que mejorar. Fuera dolores; significó volver a sentirme una persona sana de nuevo. Así fue como quedé unida de por vida a los tan queridos ajustes.

Nunca he tenido una afición solamente, me gusta estar siempre aprendiendo y haciendo cosas nuevas. Me encanta la repostería y la lectura me fascina. Me pasaría días enteros arreglando y creando mil cosas para el jardín, montando muebles y arreglando todo lo que se me ocurra. ¡Puedo seguir así de activa gracias a mi buen estado de salud!

Desde que recibí el primer ajuste, hace unos 15 años, supe que la quiropráctica formaría parte de mi vida para siempre. He tenido la fortuna de vivir desde distintos enfoques la experiencia quiropráctica: primero como usuaria y después como asistente quiropráctica durante 5 años en los que simultaneaba esa maravillosa labor con mi otra profesión, la de profesional de la comunicación.

Durante esos años, pude ser testigo de excepción de miles de casos muy diversos en los que los usuarios del centro en el que trabajaba experimentaban un cambio en sus vidas realmente significativo. Además, pude conocer en profundidad los cimientos de la profesión, lo que me hizo desear poder ser parte de ella en la forma en la que yo podía: abrir mi propio centro en la tierra que amo, mi tierra, Almería.

Siempre he sentido ganas de gritar al mundo los inmensos beneficios del cuidado quiropráctico, y una de las grandes oportunidades que me ha brindado la vida ha sido la de fundar una consulta quiropráctica para que otras personas la puedan conocer y disfrutar.