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A lo largo de nuestra vida siempre hemos escuchado comentarios sobre la importancia de la postura. Tu madre, tu profesora o te médico te lo decían constantemente: “ ¡Siéntate con la espalda recta!” Así que vamos  echar un vistazo más de cerca y veamos si estaban en lo correcto:

La postura afecta y modera la siguiente lista de molestias: dolor espinal, dolor de cabeza, estado de ánimo, presión arterial, pulso, respiración, función del sistema simpático, homeostasis, regulación autonómica, respiración y producción hormonal. Parece bastante importante ¿verdad?

Cambios respiratorios importantísimos:

¿Sabías que después de los 20 años de edad, tu capacidad vital (volumen máximo de aire que una persona puede exhalar después de inhalación máxima), disminuye entre un 5-20% por década? ¡Sobre todo se debe a los cambios posturales!

Tienes que saber que:

«Más del 90% de la salida de energía del cerebro se utiliza para la relación entre el cuerpo físico y la gravedad. Cuanto más distorsionada mecánicamente esté una persona (mala postura), menos energía hay disponible para pensar, para el metabolismo y la curación” (Dr. Roger Sperry, Premio Nobel)

Por lo tanto…¡Siéntate bien! La pérdida de la estructura y por tanto de la función adecuada de las articulaciones (debido a la mala postura) aumenta la formación de adherencias en el tejido blando dentro y alrededor de la columna vertebral.

La próxima vez que salgas a la calle, comienza a observar a las personas mayores de 50 años. Primero pregúntate ¿tienen una buena o mala postura? Después pregúntate parecen saludables o no. Descubrirás que casi siempre la gente con una buena postura parece más joven y saludable que aquellos con una mala postura. Muy interesante reflexión por cierto.

¿Qué tal un par de demostraciones? Prueba esto:

Primero siéntate recto y respira profundamente. Fíjate en la respiración que puedes tomar. Ahora encórvate y respira de nuevo: La diferencia es obvia. Con ajustes quiroprácticos y estiramiento adecuado puedes mantener o mejorar tu capacidad de respirar.

Otra demostración:

Ponte de pié con una buena postura (cabeza directamente sobre los hombros, sin inclinar la cabeza) y extiende el brazo a 90 ° hacia un lado. Haz que alguien detrás de ti empuje tu brazo mientras te resistes a su esfuerzo. Tu hombro debe mantenerse fuerte.

Ahora mueve tu cabeza (traslación de la cabeza anterior y flexión) con una mala postura y haz que tu compañero/a presione de nuevo. Tu hombro debería estar débil y deberías tener alguna dificultad para sostenerlo: Es como si tu músculo estuviera apagado.

Conclusión:

Con una buena postura, el cerebro puede comunicarse a través de la médula espinal con todos los músculos y órganos vitales. A su vez, tus músculos y órganos vitales pueden comunicarse de nuevo con tu cerebro.

Esta es la autonomía de tu sistema nervioso en su trabajo. Existe un flujo constante de información bidireccional que ayuda a ejecutar todos tus sistemas y te mantiene vivo.

Con una postura incorrecta, puedes notar cómo la información se ralentiza y los sistemas no funcionan al 100%. Con una postura adecuada puedes mantener la función adecuada del sistema nervioso de forma óptima.

El beneficio que conseguimos es muy importante. Mantener la función del sistema nervioso autónomo es uno de los muchos beneficios de la atención quiropráctica.

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