En torno a este asunto son muchas las creencias erróneas. Todos nos preocupamos por evitar problemas en la espalda de nuestros pequeños derivados del uso de estos artilugios con los que tienen que acarrear kilos de peso en libros y material escolar.
¿Te estás preguntando si es mejor para la espalda de los más pequeños la mochila de toda la vida o el carrito? El carrito parecía en un principio ser la solución a las básicas mochilas que dañaban la columna de los niños, casuándoles no pocas molestias e incluso lesiones. Sin embargo con el paso de los años las conclusiones no están muy claras.
Según los datos de los que disponemos, la mochila permanece en la espalda del niño una media de veinte minutos al día.
Si tenemos en cuanta unas reglas básicas la mochila no debería ser el enemigo número uno de las espalda de nuestros pequeños, ni mucho menos:
- Debemos evitar el exceso de peso (no sobrepasar nunca el 10-15% del peso corporal del niño)
- Poner aquello que más pese cerca de la espalda y SIEMPRE colgarla de los dos hombros.
- Comprar una mochila acorde al tamaño del niño (todos hemos visto pequeños arrastrando mochilas desproporcionadamente grandes)
- Apoyarla en la zona lumbar.
El carrito finalmente ha resultado dar casi más problemas que soluciones: aceras, accesos a algunos colegios e incluso aulas que no están acondicionadas ni disponen de suficiente espacio para un artilugio mucho más voluminoso que la mochila.
Algo a tener muy en cuenta en el uso del carrito es que el niño siempre debe empujarlo, y no tirar de él como casi siempre vemos que se hace, así como tampoco debe colgarlo de su brazo, lo que puede generar lesiones y molestias.