Qué importante es el autocuidado y qué poco lo practicamos ¿verdad? Debería ser un propósito a cumplir casi obligatoriamente cada año. Ahora que nos disponemos a hacer el balance vital anual, y que tenemos por delante un año entero para cuidarnos, ¿por qué no poner un poquito más de nuestra parte para mejorar nuestra vida, nuestra salud, nuestro cuidado y la relación con los que nos rodean? Es algo más sencillo de lo que piensas.
Si crees que practicar meditación es algo muy difícil o que es una disciplina únicamente apta para iluminados, maestros zen o personas solitarias que buscan la introspección, no es del todo cierto. Todos esos perfiles por supuesto pueden tener en la meditación una herramienta fabulosa para su desarrollo personal pero la realidad es que cualquier persona puede practicarla, todo aquel que quiera mejorar su vida ¡incluso gente nerviosa por naturaleza! Tiene unos beneficios increíbles que vas a poder observar en poquísimo tiempo.
La meditación tiene unos beneficios asombrosos
La meditación no solo te va a ayudar a calmarte, también es una forma maravillosa de conectar contigo mismo, de darte un momento para fomentar la escucha interior y el crecimiento personal. Además, su práctica continuada, va a conseguir que empatices más con los demás, reducir tus niveles de estrés y mejorar la concentración. Solo por eso ya merece la pena intentarlo.
Potenciar los pensamientos positivos es una de las claves para vivir una vida plena y satisfactoria y ese es otro de los beneficios que aporta la meditación a todo aquel que introduce la práctica en su día a día. Por si fuera poco, el hecho de meditar de manera habitual, refuerza el sistema inmunológico, por lo que es un instrumento increíble para equilibrar cuerpo y mente.
Meditación para principiantes
Si nunca has meditado comienza poco a poco, lentamente y sin prisas. Para tener un buen acercamiento a la práctica encuentra un rincón tranquilo donde no vayas a sufrir interrupciones porque si te interrumpen de manera constante vas a terminar tirando la toalla. El mindfulness o meditación requiere atención plena y para ello necesitas estar en relax y tranquilidad. Por supuesto, esto sobra decirlo pero, desconecta tu smartphone ¡el mundo puede funcionar sin ti unos minutos!
Elige ropa cómoda confeccionada en tejidos naturales con la que te sientas muy a gusto, nada de prendas ajustadas, Opta por prendas preferiblemente de manga larga porque la práctica de la meditación es estática e invita al recogimiento, así vas a sentir mayor comodidad y no pasarás frío. Elimina todo aquello que te apriete o presione la piel, como el cinturón, las gomas elásticas o el reloj.
Adopta una postura erguida y siéntate con la espalda recta y con las piernas en postura de loto, con las palmas de las manos hacia arriba apoyando las muñecas en las rodillas con el pulgar tocando el dedo índice o el dedo corazón o bien poniendo ambas manos descansando en el regazo con las palmas hacia arriba y los dedos pulgares tocándose.
Una vez encuentres el sitio, la ropa y la postura adecuados puedes comenzar la práctica. Centra la mente en algo concreto como tu respiración o los sonidos que se generan a tu alrededor, incluso en una música suave. Cuando tu mente se concentra comienza a calmarse y todo el ruido de tu cabeza se silencia, es así como el estrés y la ansiedad se disipan, dejando paso a una energía renovada, tranquila y sosegada.
Plan de acción global
Es hora de abordar un plan de salud global que te ayude a mejorar tu estado de salud general y mejorar también el cuidado que brindas a los demás. Una persona que se encuentre cansada, insatisfecha, ansiosa o estresada va a compartir con los demás eso mismo. Sin embargo si te sientes en calma, en equilibrio y armonía, lo que le vas a ofrecer a los demás es mucho más enriquecedor y una ayuda de calidad.
La meditación es una herramienta fantástica para lograr esa armonía mental pero no es la única, y debe verse como una forma de autocuidado en conexión con otras tan importantes como una alimentación saludable basada en comida real, una actividad física frecuente y terapias para prevenir desajustes que puedan provocar problemas de salud. La visita a tu quiropráctico es una buenísima forma de prevención y cuidado que debería integrarse en el estilo de vida para conseguir un mayor equilibrio, una mente más saludable y un cuerpo más fuerte.
Estamos entrando en la era de un cuidado holístico de la salud, y darse cuenta de que todo está conectado es el primer paso para sanarse, crecer y fortalecerse desde diversos frentes, porque juntos se hacen más fuertes y sus beneficios conectados se multiplican. Escucha a tu cuerpo y comienza a calmar tu mente a través de varias disciplinas complementarias, el resultado te sorprenderá.