La articulación coxofemoral o cadera es la unión anatómica entre la pelvis y el fémur, la división entre los trenes superior e inferior. Es de las articulaciones más grandes y estables del cuerpo debido a su indispensable función: La locomoción. La acción conjunta de sus superficies articulares y el paquete de músculos, cartílagos y ligamentos que la rodean nos permiten día a día movernos para poder realizar nuestras actividades.
Los malos hábitos (falta de movimiento, mala alimentación, malas posturas en nuestra vida diaria y al dormir, poco descanso, falta de higiene mental debido al estrés…) son los principales responsables de las enfermedades de envejecimiento articular, de la famosa degeneración.
Más del 80% de los pacientes que vemos en consulta por dolor de cadera, en su gran mayoría mujeres; tienen un diagnóstico de degeneración (artrosis de cadera) y no necesariamente son pacientes de edad avanzada. Siempre se trata de pacientes agudos, que describen el dolor como algo incapacitante y, generalmente, con amplio historial de dolor lumbar.
La quiropráctica es la profesión encargada de la salud del paciente, a través del cuidado de la columna vertebral. La herramienta de trabajo es el ajuste, movimiento rápido, corto y preciso para el movimiento de los segmentos que se han desalineado (subluxaciones) por tantos años de malos hábitos y que están ocasionando graves problemas de salud.
En pacientes con problemas de cadera, el ajuste quiropráctico de pelvis y articulación coxofemoral ayuda a recuperar la movilidad perdida que ocasionó el desgaste de los cartílagos articulares. A medio-largo plazo trabaja sobre la postura del paciente, lo que ayuda a distribuir equitativamente la carga en ambos miembros inferiores, otro de los grandes problemas de origen de esta patología.
La prestigiosa revista biomédica revisada por expertos Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics (JMPT) publicó un artículo sobre los resultados de los ajustes quiroprácticos en pacientes con dolor de cadera y hombro. Estos pacientes fueron los que lograron una mayor reducción del dolor (0,32 en escala de dolor) y estuvieron más satisfechos con el trato recibido y con los resultados obtenidos. Así mismo, tuvieron una reducción en el gasto global asociado a su dolencia.